sueño o vivencias,
anhelos o verdades,
todo es tan confuso.
Pero lo sentí tan real,
tu cuerpo, tus caricias
y tus labios, todos en mi piel
y el deseo en ella también.
La amnesia no me deja saber
de las horas ni el tiempo, ni el momento,
solo recuerdo tus ojos penetrantes,
miradas fijas y encontradas, llenas de incredulidad.
He esperado tanto este momento
que llego con súbito arribo.
Mejor que lo planeado,
y con sentimientos encontrados
y deseos hechos realidad.
En silencio guardo aquella noche,
esperando que vuelva a soñarte,
y con las mismas ganas estacionadas
de hacer realidad lo vivido en mi mente.