Nuevamente me
encuentro de frente a este hombre, que me mira de forma despectiva y trae
siempre esa sonrisa burlona dibujada en el rostro. Muchas otras veces nos hemos
visto las caras pero nunca, hasta ahora, me había dirigido la palabra.
- ¿Sabes lo que es llevar una vida vacía? -me
pregunto sin dejar esa expresión de burla característica en él.
- No lo creo -contesté con recelo y agregué- ¿Acaso
tu si?.
- ¿Alguna vez despertaste una pasión desenfrenada?
¿O acaso has sido parte fundamental en la vida de alguien más? No la de tu mamá
claro. ¿Alguien te ha extrañado hasta derramar lágrimas? ¿Has llamado
"hacer el amor" al sexo? ¿Has leído un libro tantas veces que te
sabes cada palabra escrita en él? ¿Tal vez uno de poemas?... -el hombre dejó escapar un profundo suspiro
y continuó- ¿Escribiste uno alguna vez?
¿Le robaste un beso a esos labios que tanto añorabas? ¿Qué me dices del
alcohol? ¿Y las drogas? ¿Alguna vez cantaste estupideces cayéndote de borracho
con tus amigos? ¿Llevaste serenata alguna vez? ¿Has gritado tu verdad,
cualquiera que esta sea, a los cuatro vientos?
Al ver
la expresión confusa en mi rostro él rió a carcajadas.
Podría seguir todo el día preguntando y
preguntando, eso mi amigo es una vida vacía.
- ¿Esa es tu vida? -pregunté aun confundido.
Seguidamente
se desató una vorágine al compás de sus carcajadas y me desvanecí en un torpe intento
de abalanzarme sobre aquel sujeto, lo último que recuerdo es el sonido de
vidrios rotos, y una respiración entre cortada, la mía; y luego la oscuridad y
el silencio.